Los miembros de la promoción 2017 del Máster en Ingeniería de Competición de Monlau Repsol Technical School han vivido el test más especial del curso en el circuito de Calafat. El objetivo era comprobar si las mejoras realizadas por ellos mismos en el aula y el taller durante los últimos meses permitían optimizar las prestaciones de la Moto3 MC16 creada por la promoción anterior. Para este test, los futuros ingenieros de motorsport han contado con la colaboración de un piloto de lujo: el ex campeón del mundo Julián Simón, asesor deportivo del Departamento de Competición de Motociclismo de la escuela.
La jornada significa la culminación de tres micro-proyectos desarrollados por los estudiantes a lo largo de este prestigioso curso de postgrado. Si en 2014 se fabricó un chasis de Moto3 y en 2015 y 2016 se prepararon dos versiones distintas para competir en el FIM CEV Repsol, en esta ocasión se ha optado por evolucionar el último modelo y someterlo a una exigente prueba durante un test real.
En concreto, los alumnos han diseñado y supervisado todo el proceso de fabricación de las piezas que afectan a tres áreas: upright (parte del chasis), admisión y araña. Las novedades se fueron incorporando progresivamente a la Moto3 MC16 para que el piloto Julián Simón pudiera comprobar las diferencias tras cada cambio. A primera hora, el campeón del mundo de 125 cc en 2009, también rodó con las otras dos unidades anteriores del Máster y, en base a sus sensaciones y a los datos de la telemetría, los ingenieros constataron el notable salto cualitativo.
David Cabau, profesor de Monlau Repsol y tutor del proyecto, explica que el test consiste en poner en práctica el trabajo realizado en las aulas por los alumnos y validar el funcionamiento en pista con un piloto de primer nivel como Julito Simón. Contar con las opiniones y los criterios de todo un campeón del mundo es un gran aprendizaje para los alumnos. Los objetivos se han conseguido, ya que se han optimizado los ítems, las valoraciones del piloto son positivas y el test fue muy fluido.
El coordinador del Máster en Ingeniería de Competición de Monlau Repsol Technical School, Antonio Samsó, reconoce que el principal reto era mejorar los modelos anteriores y se ha conseguido. Uno de los condicionantes era que el piloto pudiera ver correctamente toda la instrumentación a la velocidad de pista y todos los cambios han estado a la altura. En su opinión, proyectos así son un valor añadido en la formación de estos ingenieros de cara a su futura dedicación al mundo del motorsport.
El test de Calafat ha suscitado muchas emociones entre los estudiantes, que ansiaban conocer el resultado de sus creaciones. Javier López confiesa que ha sido un día productivo y muy satisfactorio porque las piezas han resistido y todo ha salido según lo previsto, a tenor de los datos de la telemetría y de los comentarios de Julito Simón.
Precisamente, su compañero de promoción, Israel Pico, subrayaba la importancia de poder trabajar durante la práctica con un piloto de primer nivel: Es un plus contar con alguien como Simón, que tiene mucho bagaje en la competición y ha pilotado muchas motos, algunas de ellas todavía en la parrilla del Mundial. Hemos aprendido muchas cosas de él y la experiencia ha resultado realmente positiva.
En definitiva, una jornada con un valor incalculable de cara a la formación de estos futuros ingenieros de élite del motorsport. El próximo 13 de diciembre en Barcelona recibirán el diploma que les acredita como graduados de la promoción 2017 del Máster en Ingeniería de Competición de Monlau Repsol Technical School, después de superar con éxito 350 horas teóricas y otras 50 de prácticas.