Monlau Repsol Technical School se distingue por complementar la formación de sus alumnos con prácticas cien por cien reales en campeonatos de primer nivel. Su prestigioso Máster en Ingeniería de Competición es un buen ejemplo y, a modo de preparación, los miembros de la décima edición de estos estudios de postgrado tuvieron la oportunidad de vivir su primer test de automovilismo en el circuito de Calafat dentro de una estructura profesional, con dos Fórmula Renault 2.0 y un Honda Civic Type R.
Los 36 estudiantes que este 2019 están matriculados en el Máster dispusieron en exclusiva de las instalaciones del trazado tarraconense durante una intensa jornada en la que comprobaron cómo es un test real de automovilismo. Para ello, contaron con la presencia en pista de los pilotos David Fugardo, Oli Goethe, Álvaro Bajo y José Manuel Pérez-Aicart.
Repartidos en grupos muy reducidos, los alumnos descubrieron el funcionamiento de un equipo profesional durante un día de trabajo y comprobaron la importante función de un ingeniero de pista. En turnos de mañana y tarde, contaron con dos monoplazas para obtener la adquisición de datos y su posterior análisis, con el objetivo de introducir mejoras de set-up y reflejarlas en el cronómetro. En todo este proceso estuvieron muy bien asesorados por profesores y técnicos de Monlau Repsol Technical School.
Al mismo tiempo, conocieron de primera mano el innovador proyecto escolar que se lleva a cabo este año en el Campeonato de España de Turismos, competición en la que el equipo participa con un Honda Civic Type R pilotado por el madrileño Álvaro Bajo. Los futuros ingenieros de competición fueron informados a pie de pista de la labor realizada en este vehículo, evolucionado y preparado por los estudiantes de mecánica del centro barcelonés.
Después de varias semanas de clases teóricas en el aula y de una primera práctica introductoria de motociclismo, los alumnos han podido vivir un test de automovilismo y ejecutar todos los conceptos básicos aprendidos hasta ahora. En definitiva, se trata de un primer contacto con un coche de competición que ha puesto a prueba su capacidad de gestión y les ha acercado a la realidad del motorsport, explicaba el coordinador del Máster, Adrià Castilla.
El profesor de Monlau Repsol e ingeniero de competición destacaba los puntos fuertes de la iniciativa: Los estudiantes se enfrentan por primera vez a problemas reales y bajo la presión de tener el coche rodando en pista. Es una práctica cien por cien pensada para que los alumnos aprovechen la jornada al máximo.
Fayna Palmero, alumna del Máster en Ingeniería de Competición de Monlau Repsol, resumía el gran valor que aporta la práctica introductoria de automovilismo: La experiencia ha sido enriquecedora, al acercarnos a la dinámica de un equipo profesional y conocer sus mecanismos. Nos ha permitido ver cómo funciona la adquisición de datos y comprobar en qué se puede mejorar, gracias al trabajo colectivo. En clase se aprende, pero los test son fundamentales para trasladar a teoría a la práctica en un circuito y enfrentarse a la realidad.
Su compañero Christian Bresó confesaba que poder aplicar todos los conocimientos teóricos en un circuito y ver los resultados es, sin duda, lo que más te motiva para seguir aprendiendo. Durante el test hemos apreciado una clara mejora en cada vuelta y hemos podido constatar cómo los cambios de set-up influyen en el rendimiento.
Una vez realizadas las dos prácticas introductorias de motociclismo y automovilismo, los estudiantes del Máster en Ingeniería de Competición se disponen a afrontar importantes retos a lo largo del año, como el desarrollo de sus proyectos de final de curso que combinarán con varias experiencias en circuitos, durante las múltiples competiciones en las que participa Monlau Repsol.