En la recta final de su formación, los estudiantes de segundo curso de Mecánica de Automovilismo de Competición de Monlau Repsol Technical School pudieron llevar a la práctica sus conocimientos teóricos a lo largo de un jornada de rallyes. Los alumnos conocieron cómo será su futuro profesional durante un intenso test, idéntico al de cualquier equipo oficial. Para ello, contaron un Peugeot 208 R2 pilotado por la joven promesa madrileña Oscar Palomo y el asesoramiento del ex mundialista Xevi Pons.
El circuito de La Codina fue escenario de un importante dispositivo desplegado por Monlau Repsol para que sus estudiantes de último año pudieran convertirse durante unas cuantas horas en los profesionales del motorsport que serán a partir del verano. El centro de formación barcelonés organizó un test de rallyes que contó con la participación de los alumnos del Máster en Ingeniería de Motorsport, coordinados por Carlos Torrado, y del técnico Marc Nadal, especialista en amortiguadores.
Toda la actividad giró entorno al Peugeot 208 R2 con el que los alumnos llevan tiempo trabajando en el aula-taller de Monlau Repsol. Tras repasar pieza por pieza y hacer una buena puesta a punto, llegó por fin el momento de ver rodar al vehículo en condiciones de competición. El encargado de ponerse al volante fue el joven piloto Oscar Palomo. El profesor Marc Ribas ejerció de Jefe de Mecánicos y se encargó de la coordinación de los grupos, formados por cinco mecánicos y dos ingenieros. El objetivo era que todos pudiesen practicar las diferentes funciones de un técnico profesional de rallyes y conociesen de primera mano la importancia de los setup en una modalidad tan exigente como ésta, en la que incluyen muchos factores externos.
Como aliciente extra, todos los estudiantes tuvieron la oportunidad de experimentar en primera persona las sensaciones de un copiloto, al poder realizar una pasada completa al tramo de 3,3 kilómetros en el asiento de la derecha. Una inolvidable vivencia que enriquecerá, sin duda, su formación dual adquirida en Monlau Repsol Technical School, que realiza una firme apuesta por combinar la teoría con la práctica en las diferentes modalidades del motorsport.
La experiencia, además de ofrecer un gran valor docente, arrojó resultados muy relevantes al final del día, con un centenar de pasadas completadas y casi dos segundos de mejoría en los registros al final de la jornada. Una buena muestra del elevado nivel de preparación de todos los alumnos, supervisados por Kike López, coordinador de estudios del Área de Automovilismo de Monlau Repsol Technical School, y los profesores Marc Ribas, Francisco Martínez y Mario Domínguez.
“El objetivo de esta jornada es organizar un test en idénticas condiciones al de un equipo profesional. Todos los cambios en el vehículo se hacen para mejorar sus prestaciones y la evolución ha sido evidente, como demuestra que se haya rebajado alrededor de dos segundos. Es una práctica muy completa que nos permite dar a los últimos consejos a los alumnos antes de incorporarse al mercado laboral. Los alumnos han demostrado que han alcanzado un nivel muy alto. Con su preparación y esfuerzo entrarán pronto en un equipo de competición”, valoraba Marc Ribas, profesor del Área de Automovilismo de Monlau Repsol Technical School.
Rubén Montero, alumno de segundo curso de Mecánica de Competición de Automovilismo, se mostraba muy satisfecho con el resultado final de la práctica: “Mecánicamente el coche ya viene montado de la nave, aunque en este test hemos aprendido mucho a ajustarlo para lograr buenos resultados. La valoración de mi paso por Monlau Repsol es muy buena, porque hemos adquirido muchos conocimientos para dedicarnos de forma profesional a la competición que tanto nos apasiona”.
Su compañera Iona Hernández reconocía que “ha sido un bonito final de fiesta a los años tan intensos que hemos vivido en Monlau Repsol. Además, subir al lado del piloto nos ha permitido vivir sensaciones increíbles. Sin duda, la experiencia ha resultado mucho mejor de lo que esperaba”. De sus palabras se desprende que la jornada representó un brillante colofón a un curso tan especial como intenso que les ha permitido convertirse en cualificados mecánicos de competición, con la metodología de Monlau Repsol Technical School impregnada en su ADN.